Uno de los lugares imprescindibles, y en los que pasas gran parte de tu infancia, es la escuela. Este lugar es el inicio de tu relación con la sociedad, con gente que no es tu familia, genealógicamente hablando, y donde comienzas a desarrollar ciertas habilidades, para lo que viene en el futuro.
A algunas personas les fue bien en su paso por la escuela, a otras, no tanto, pero estamos seguros de que hubo algo tan ridículo que llevaste a la escuela, ya sea porque te gustaba mucho, o porque tu mamá te lo impuso.
¿Quieres conocer las cosas ridículas que alguna vez llevaste a estos centros de estudio? Aquí los presentamos, con nuestro Top 10:
1. Ponerle nombre a todo lo que es tuyo
En la escuela, muchas cosas suelen pasar, una de ellas es saber en dónde quedó aquel sacapuntas que prestaste, o dejaste olvidado en algún lugar, y cuidado si perdías algún objeto escolar, porque tu mamá podría enseñarte a no perder las cosas con la chancla. Por ello, era recurrente que todos tus objetos llevaran tu nombre, ya sea en el lápiz, la goma, la mochila, los libros (y dos veces), hasta en el suéter, sería de mala suerte que, siendo adulto, sigas usando esta técnica para atrapar ladrones.
2. Peinado con limón
Si eres de aquellos que iban a la escuela en los tiempos que no existía el gel para cabello o el moco de King Kong para aplacar el cabello, la única solución al alcance del hogar era tomar medio limón y peinarte con él hasta que tu pelo quedara brilloso y fijo. Para los más adinerados, su salida era la vaselina, pero para el resto de los mortales, no se olvidará el hecho de tener gajos de limón en el cabello y oler como producto del mercado.
3. El mismo uniforme, todos los años
Desde tiempos inmemorables, el inicio del ciclo escolar se caracteriza por derrochar grandes cantidades de dinero en abastecer de todos los materiales al niño, por lo que cualquier ahorro era de agradecer, qué mejor que hacerlo con el uniforme escolar, si era exactamente el mismo para toda la etapa del niño. Te podrían pasar dos cosas ridículas, la primera es que inicies con un uniforme holgado, casi arrastrando en el suelo, y termines tu ciclo tratando de respirar de lo corto que quedó; la segunda, si no es de buena calidad, termine con parches por todos lados, en ocasiones, convertías el defecto en moda, cuando conseguías parches de tus bandas favoritas.
4. Lápices y gomas, intercambiables
Un lápiz del número 2 y una goma bicolor, roja y azul, eran un clásico para llevar a la escuela, sin embargo, a alguien se le hizo buena idea hacer un lapicero que estaba formado por varias puntas, si se acababa una, solo enviabas el sobrante a la parte alta del lapicero, y listo; con las gomas ocurría exactamente lo mismo, éstas últimas destacaban más por sus colores y dibujos, con los que te convertías en el más popular.
5. Plumas de gel
Continuando con los artículos de moda, de novedad, uno de los accesorios con los que tus escritos podían brillar, literalmente hablando, era con una pluma de gel, estos son más visibles que las plumas de tinta, por sus colores llamativos, tenían una consistencia diferente, además, había algunos que podían brillar, para dejar una marca imborrable y un sello característico en tus apuntes. Hoy en día, esas cosas quedaron en el pasado. ¿Sera que algún día resurjan como parte de la moda retro?
6. Reloj calculadora
Con la entrada de la tecnología, la calculadora se volvió un objeto indispensable para el estudio y las clases de matemáticas, sin embargo, una conocida compañía de relojes hizo famoso un modelo que, además de marcar la hora, podrías hacer sumas y restas en el mismo aparato, gracias a sus botones integrados, aquel que tuviera este accesorio, se sentía un científico avanzado (o un tramposo a la hora del examen). Actualmente siguen existiendo, pero son opacados por el smartphone.
7. Llevar el delantal
Estamos seguros de que, al menos una vez, tuviste la oportunidad de realizar manualidades en preescolar o primaria, y para no ensuciarse, era obligación llevar un delantal. Esta prenda, que regularmente utilizan las maestras de kinder, no representaba un problema para las niñas, pero si eras niño, tu inocencia no lo vio como algo malo (de hecho, no lo es), pero las costumbres, hacen que de adulto lo recuerdes y lo veas como algo que no iba con tu personalidad, y te sientas incómodo. ¿Quién se siente así cuando ve sus fotos de niño?
8. Loncheras de moda
Cargar con tu mochila fue (y sigue siendo) el mayor martirio de un niño cuando va a la escuela, por lo cual, suena lógico que entre las diez toneladas que cargabas para ir a la escuela, apareciera una lonchera, pero no era cualquier maletín para guardar tus alimentos, tenía plasmada la figura de tus personajes favoritos, con lo que despertabas asombro, pero a la vez, burlas, de aquellos que no simpatizaban con él. Hoy en día, las loncheras tienen un aspecto diferente, así que si tus hijos van con loncheras que usabas tú, algo malo puede pasar.
9. Mochilas con ruedas
Hay cosas que aún se mantienen con vida, dando su último respiro, uno de estos accesorios son las mochilas con ruedas; cansados de que el pobre niño cargara sus cuadernos como si fuera «El Pípila». Y tenía sus dos lados negativos que te avergonzaban: cuando tenías que llevarla a espaldas, de todas formas, para subir un escalón, o cuando al cruzar un obstáculo, diera media vuelta y quedara con las llantas en el aire.
10. Los justificantes falsos
Siempre ha sido un arte argumentar cosas que no son ciertas, y eso es algo que, desafortunadamente, se aprende desde niño. Cómo olvidar el momento en el que faltabas sin razón y decidías llevar un justificante médico, o peor aún, llevar una hoja «firmada» por tu padre, madre o tutor, misma que copiaste o te llevaste horas en copiarla a semejanza. Si librabas el filtro, bien por ti, pero si había un error, sería la mayor vergüenza que pudieras pasar, tanto con los compañeros, como con tus padres.
Hasta aquí una vuelta al recuerdo con las cosas ridículas, que alguna vez llevaste a la escuela. Si eres de aquellos que aplicaste más de un punto descrito en este espacio, hazlo saber en nuestra sección de comentarios.