La celebración del Día de los Muertos, es considerada la tradición más representativa de la cultura mexicana, y a pesar de que la muerte puede ser un tema tabú en otras culturas, en México se celebra alegremente, y se honran las vidas de los difuntos.
Según la tradición, durante la fiesta de Día de Muertos, las almas de los difuntos salen del lugar donde se fueron al morirse, y regresan a visitar a sus seres queridos en la tierra. Se les recibe con una ofrenda, donde se coloca su comida y bebida favorita, fruta, calaveritas de dulce, juguetes para los niños, fotografías de los difuntos, y coloridas flores de cempasúchil.
- Las ofrendas colocadas en los altares, representan a los cuatro elementos primordiales de la naturaleza: la tierra con los frutos que alimentan a las ánimas, mediante su aroma; el viento con papel picado o papel de china, que por su ligereza se mueve al paso de la brisa; el agua colocada en jarrones, para que las almas calmen su sed, después del largo camino que recorren para llegar hasta su altar; y el fuego con las velas y veladoras, encendiendo una por cada alma recordada, y una más por cada alma olvidada.
- El festival, que posteriormente se convertiría en el Día de los Muertos, se conmemoraba en el noveno mes del calendario solar mexica, cerca del inicio de agosto, y se celebraba durante un mes completo. Este era presidido por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como La Dama de la Muerte y esposa de Mictlantecuhtli, Señor de la Tierra de los Muertos.
- Los conquistadores españoles estuvieron aterrados con los sacrificios humanos de los indígenas, cuando llegaron a América en el siglo XV, y en un intento de convertir a los nativos al catolicismo, movieron el festival hacia fechas en el inicio de noviembre, para que coincidieran con las festividades católicas del Día de Todos los Santos y Todas las Almas.
- Los altares, por lo general tienen tres niveles: uno simboliza el cielo, otro la tierra y otro el inframundo, niveles que los difuntos deben escalar para llegar al mundo de los vivos.
- A pesar de ser una tradición nacional mexicana, se celebra de manera diferente en cada estado del país:
- En las calles principales de Oaxaca, se realizan enormes alfombras de flores, que por sí solas son una obra artesanal muy elaborada.
- En la isla de Janitzio, ubicada en el lago de Pátzcuaro, Michoacán, los habitantes se dirigen a la isla en canoas que semejan mariposas, guiados por la luz de miles de velas, que dan a la celebración un toque lúgubre y mágico.
- Durante el festejo en Mixquic, una pequeña localidad situada en Tláhuac, en la Ciudad de México, se lleva a cabo una antigua tradición llamada “la hora del campanero”, en la que los habitantes caminan cantando y tocando campanas, para visitar las distintas ofrendas del pueblo, recibiendo fruta a cambio.
- En la ciudad de Aguascalientes, situada en el centro de México, se acostumbra festejar el festival de las calaveras, y en ese día se le rinde homenaje al dibujante y grabador José Guadalupe Posada, quien fue el creador del personaje más importante del Día de Muertos: La Catrina, que porta la vestimenta de una dama de la alta sociedad, como muestra de la presencia de la muerte en la cotidianidad de todos los estratos sociales.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), declaró a la festividad, en el año de 2003, como obra maestra del patrimonio cultural de la humanidad.