Siempre vemos en las películas, objetos que tienen una maldición en su interior, o que están embrujados por algún alma maligna, y siempre resulta que gracias a estos objetos, muchas cosas malas les pasan a las personas, y lo peor de todo es que, en la vida real, existen este tipo de cosas, que crean hechos paranormales, que nadie puede explicar. Estos son los peores cinco:
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El zafiro púrpura de Delhi
En 1856, se hizo esta alhaja en honor a un Dios Hindú, pero fue robada en medio de una guerra, por lo que se dice que es la razón por la que está maldita; desde que fue robada, hasta que fue donada a un museo de historia en 1900, cada uno de los portadores de esta joya, quedaban hundidos en la quiebra económica, al grado de que algunos, se suicidaron.
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El pequeño bastardo
Se trata de un Porsche 550 Spyder; es conocido como el auto que mató a James Dean. La carcasa fue comprada por George Barris, pero cuando la llevaba al taller mecánico en un tráiler, unos de los eslabones de seguridad se rompió, y el vehículo –al moverse– le partió la pierna a un mecánico, dejándolo lisiado por siempre. Barris decidió no tentar su suerte y mando a deshuesar el vehículo; el motor, y otras partes del Pequeño Bastardo, fueron vendidas a dos corredores de autos, y cuando estos competían en la pista, sufrieron accidentes terriblemente aparatosos, uno murió quemado, y el otro sufrió un accidente que lo sacó de las carreras para siempre; el resto del Porsche fue restaurado, pero el garaje donde estaba el auto, sufrió un gran incendio; el Pequeño Bastardo casi no sufrió ningún daño, el resto del taller quedó irrecuperable.
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La silla maldita de Thomas Busby
Quizás se trata del objeto maldito más violento del mundo; en 1702 un asesino llamado Thomas Busby, fue sentenciado a pena de muerte en la horca, su último deseo fue una cena en su bar favorito, pero al levantarse de su silla exclamó: «Que la muerte llegue a cualquiera que se atreva a sentarse en mi silla…» En la Primera Guerra Mundial soldados, meseros y dueños del bar, afirmaron que todos los soldados que se sentaban en esa silla, jamás volvían de la Guerra. En 1967, un piloto de la fuerza aérea de Inglaterra, sufrió un accidente mortal, tan solo horas después de haber almorzado usando esa silla, la historia continúa con un obrero que aceptó la apuesta de sentarse en ella, y murió esa misma tarde, cuando el techo sobre el que trabajaba colapsó; un repartidor que llevaba mercancía al bar, se sentó en ella para esperar, el hombre murió en un sangriento accidente de tránsito, nada menos que ese mismo día. Es por eso que prefirieron ponerla en alto, para que nadie se sentara.
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Otzi, el hombre de hielo
Se trata de un cadáver congelado, encontrado en los Alpes; todos los exploradores que lo sacaron murieron de manera trágica, Helmut Simeón quedó triturado en una avalancha, al explorar la misma zona donde consiguieron el cuerpo, otro murió por un desorden extrañísimo en la sangre, que jamás se le había detectado, hasta después del incidente; en una de sus últimas entrevistas, antes de morir, dijo que creía que este asunto estaba relacionado con el cadáver, otro murió de causas no identificadas en su casa, mientras escribía un libro sobre el tema, pero el peor de todos fue un hombre llamado Gunter Henn, que sufrió un horrible accidente de tránsito; iba camino a una universidad a dar una conferencia sobre el hombre de hielo; otro de los exploradores murió de un ataque al corazón y, poco después, otro más, de esclerosis múltiple.
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La diosa de la muerte
En este caso, hablamos de una escultura que tiene más de 3,500 años, se descubrió en 1878 en Chipre y se le llama La Diosa de la Muerte, el valioso objeto fue poseído por los Elphont, una de las familias burguesas más grandes del mundo, seis años después, los siete miembros de la familia murieron en circunstancias dramáticas y extrañas, la estatua pasó a posesión del señor Ivor Mannucci, otro gran burgués; cuatro años después, todos los miembros de su familia murieron. La diosa de la muerte pasó a manos de Thompson-Noel, cuesta mucho creerlo pero, una vez más, en cuatro años, su familia quedó completamente obliterada de enfermedades, accidentes y asesinatos; ya para entonces el objeto tenía una fama terrible, pero hubo un coleccionista que compró la estatua, y volvió a suceder, primero sus dos hijas murieron, siguió su esposa y, finalmente, en la ruina total, él se quitó la vida.
Definitivamente, historias que nadie ha podido explicar, y que dan muchos escalofríos. ¿Tendrían algún objeto, sabiendo que está maldito?