Si te encantan los videojuegos, o te consideras “Gamer”, seguro has pasado por alguna de estas situaciones:
- Discos rayados o atorados en la consola
Como olvidar la vez que querías jugar tu juego favorito, pero no pudiste porque el disco ya estaba demasiado sucio o rayado.
- Cables enredados
Los controles de ahora ya son inalámbricos, pero las versiones anteriores eran una lata y sin saber el motivo, siempre terminabas con una bola de cables enredados, y si tenías mala suerte, se jalaban, tirando al suelo tu consola. ¡Qué estrés!
- Perder la noción del tiempo
“—Sólo juego un rato y me voy a dormir”, de pronto sientes dolor muscular del cuello, volteas al reloj y ¡ya son las 3 am! Al menos logramos pasar ese nivel.
- Olvidar guardar los avances
No hay nada más traumante que perder todo el avance que llevabas en el nivel.
- Que te gane un niño
Aunque suene ridículo, el hecho de que te gane un niño es humillante, más porque todos sabemos cómo son los niños de burlones hasta morir.
- Intercambio de videojuegos
A veces es por necesidad, porque no tienes dinero para comprarlo nuevo, o simplemente por diversión, el intercambio de videojuegos no sólo te ayuda a jugar más, sino también a socializar y conocer nuevos trucos que los demás te pueden dar.
- Cartuchos
Para quienes tuvieron las consolas de los 90´s, ¿qué se hacía en caso de que se trabara el juego? ¡Exacto! Soplarle al cartucho, golpearlo o algunos hasta le escupían, sin duda los cartuchos marcaron nuestra infancia.
- Ataques de ira
Los verdaderos gamers entienden a la perfección este concepto. Golpear consolas o la pared del cuarto, lanzar cualquier cosa que tuvieras en las manos (incluyendo el control), gritar como Hulk, enfurecido, y hasta derramar una lagrimita, son sólo algunas de las reacciones que se desatan, si algo no sale bien dentro del videojuego.
- Interrupción en medio de una misión
Ya sea porque te llamaban a comer, hacer la tarea o para ir a la tienda, el ser interrumpido en plena misión especial, era lo peor del mundo, y es que había misiones imposibles de dejar en pausa, y a ver, hazles entender que no podías pausar el juego… ¡chanclaso!
- Teclas, ojos y espalda, desgastados
Y es que un verdadero gamer puede pasar horas frente al monitor jugando, sin comer, dormir, salir o bañarse; y aunque sabemos que a la larga esto traerá consecuencias a la salud, la emoción de estar jugando, no se cambia por nada.
Todo esto de los videojuegos es emocionante y entretenido, pero también recordemos que todo en exceso es malo, y esto no es la excepción, pues ha habido casos de chavos que hasta han muerto por exceso de videojuegos.