El fútbol es el deporte más popular en México; es motivo para que cada fin de semana, miles de fanáticos asistan al estadio para ver a su equipo favorito, o sigan el partido por televisión. Desgraciadamente, existen momentos donde la pasión exagerada de los aficionados se desborda, combinado con otras circunstancias, y llega al grado de generar momentos que han ocasionado vergüenza, rechazo, e inclusive tragedias, siendo nota, muy por encima del espectáculo.
Por ello te preséntanos cinco situaciones, donde las tribunas del futbol mexicano son campo de desafortunadas historias, que ensucian al deporte.
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Violencia en el puerto
Una de las más recientes escenas violentas en las tribunas, se vivió en febrero de 2017, al término del partido de liga entre Veracruz y Tigres de la UANL, celebrado en el estadio Luis “Pirata” Fuente, donde la porra del Veracruz cruzó de lado a lado, por la tribuna, para encarar a los aficionados del rival, por una supuesta agresión.
A pesar de la respuesta tardía de las autoridades para controlar la situación, solo hubo una cantidad mínima de heridos, y conforme avanzaron las investigaciones, se encontraron con más irregularidades, por lo que el equipo de Veracruz debía reponer el daño con una elevada sanción.
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Clásico tapatío, empañado dos veces
Uno de los partidos de mayor rivalidad, es el protagonizado por los clubes Guadalajara y Atlas, conocido como el clásico tapatío, por ser ambos de la capital del estado de Jalisco. A pesar de no existir una batalla campal entre ellos, ambas aficiones tienen su capítulo negro.
El primero ocurrió en marzo de 2014, en el Estadio Jalisco, tras un excelente duelo de fútbol, aficionados de la porra del Guadalajara se enfrentaron con un grupo de policías que buscaba controlar sus actos, la situación se salió de control, generando una batalla, donde un elemento falleció y varios más resultaron con heridas graves. Tras el incidente, se endurecieron las medidas de seguridad, y los responsables fueron llevados a prisión.
Un año después, en mayo de 2015, el mismo partido y el mismo lugar, fue escenario de otra gresca con los oficiales, esta vez la protagonizaron los miembros de la barra del Atlas, que en medio del partido, intentaron derribar las rejas que separan la tribuna de la cancha e invadir el césped, enojados tras el desarrollo del encuentro, donde su acérrimo rival ganaba 4 a 1. Tardó 18 minutos en reiniciarse el encuentro y, tras el evento, ahora sí se tomarían medidas ejemplares para erradicar la violencia.
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Las balas casi llegan a la cancha
El futbol no es ajeno a lo que sucede en temas de inseguridad, prueba de ello fue lo vivido en agosto de 2011, durante el partido entre Santos Laguna y Monarcas Morelia, celebrado en el estadio de Torreón, Coahuila. En las afueras de las instalaciones, se desató una balacera entre aparentes miembros del crimen organizado y elementos del ejército, que instalaron un retén en ese mismo lugar.
Al ser un terreno con amplio espacio al aire libre, los impactos de bala produjeron un eco que llegó a escucharse en el estadio, acto seguido, los jugadores corrieron a los vestuarios, mientras que los aficionados se tiraron al suelo e invadieron la cancha en busca de protección, por fortuna solo se presentaron personas con crisis nerviosa.
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Odio de la cancha a la tribuna
Un capítulo oscuro en las gradas mexicanas, y que hizo ruido a nivel internacional, se suscitó en mayo de 2004, cuando en el Estadio Azteca, el Club América enfrentó al Sao Caetano de Brasil, por la Copa Libertadores, un torneo continental. Cerca de finalizar el partido, y con la inminente eliminación del equipo mexicano en el certamen, la expulsión del jugador Cuauhtémoc Blanco, fue el inicio de una bronca entre ambos equipos, mismo que explotó al silbatazo final.
El sentimiento pasó a las tribunas, donde aficionados del América agredieron a jugadores del equipo rival, e invadieron la cancha en busca de “justicia”, mientras otro grupo de seguidores aventaban todo lo que se encontraba a su alcance, sobre los elementos de la policía. Al final, hubo una sanción fuerte para el cuadro azteca, además de dejar en mala postura al futbol del país.
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Tragedia en el túnel 29
La mayor desgracia para los aficionados del fútbol mexicano, ocurrió un 26 de mayo de 1985, cuando se llevó a cabo el partido entre los Pumas de la UNAM y las Águilas del América, en el Estadio Olímpico Universitario. Era una final del torneo de liga y las expectativas fueron tan altas, que miles de personas llegaron a las inmediaciones del recinto, se estima que cerca de 100 mil, cifra muy alta comparada con los 69 mil de capacidad del estadio.
Sin embargo, la falta de eficacia por parte de la policía, así como la insistencia de los fanáticos por entrar, provocó un descontrol total, cuyo clímax trágico se vivió en el túnel 29 del inmueble, donde miles intentaron entrar a como diera lugar. Teniendo la puerta externa abierta, pero la puerta interior cerrada, la gente quedó varada dentro de ese túnel; al dejar descubierto el túnel, arrojó como saldo entre 8 y 10 personas fallecidas, según reportes de medios impresos, varios heridos y daños al inmueble.
Este lamentable suceso fue punta de lanza para iniciar una campaña de prevención y logística en eventos públicos, concretamente en el fútbol, fue importante de cara al mundial de la especialidad, que se celebraría un año después en el país.
Sin duda son momentos que los aficionados, y el público en general, no quisiéramos recordar, sin embargo nos sirven de aprendizaje para no repetir los sucesos, y no seguir el ejemplo de otros países, donde ya no está hecho para familias. Hay que hacer del fútbol, un deporte que se disfrute en compañía de amigos y familiares.