Hemos visto muchas películas en donde en una cirugía, algo sale mal y el paciente muere o queda muy mal, tal vez sea por eso que nos aterra ir al doctor, y ni qué decir de la desconfianza que le tenemos al IMSS o ISSSTE; sin embargo nunca estaremos exentos de que algo así suceda:
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Pierna amputada por accidente
En Florida, el señor Willy King se sometió a una operación en la que debían amputarle la pierna derecha debido a la diabetes, sin embargo, ya sea por distracción y negligencia, el médico le amputo la pierna izquierda. Posteriormente tuvieron que hacer la cirugía correcta, por lo que el señor King se quedó sin piernas; se fueron a juicio y le dieron una indemnización de $1,150,000 dólares, y al médico le revocaron la licencia y lo corrieron del hospital.
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Amputación de pene
En Rumania, un médico encargado de corregir una malformación testicular, sufrió una crisis nerviosa en plena cirugía, y lamentablemente amputó el pene del paciente; la corte lo hizo pagar una indemnización de 100,000 euros, de su propio bolsillo, pero el daño ya era irremediable.
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Diagnóstico de cáncer erróneo
A esta señora le diagnosticaron cáncer de boca, por lo que procedieron a realizarle una dolorosa operación en la mandíbula para quitarle hueso infectado, sin embargo, meses después regresó a un chaqueo y recibió la noticia de que nunca tuvo cáncer. No solo la hicieron sufrir por meses, al pensar que iba a morir, también le dejaron el rostro desfigurado por la operación.
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Paciente con 120 personalidades
El pseudo psicólogo Kenneth Olson, atendía a una paciente que sufría de personalidad múltiple, y se le hizo fácil ir matando, inconscientemente, a cada una de sus 120 personalidades; una de sus personalidades era un pato, por lo que el “doctor” intentó darle un escopetazo falso para deshacerse del pato, y así con cada una de las personalidades; sin embargo, el paciente fue empeorando, por lo que sus familiares lo demandaron por $2,500,000 de dólares.
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Doble negligencia
David Reimer nació siendo niño, por lo que sus padres lo llevaron al hospital para hacerle la circuncisión, pero por negligencia médica, le quemaron el pene; derivado de esto decidieron llevarlo a un psicólogo, pero su mala suerte los llevó a un ambicioso hombre que sólo vio en David, su oportunidad de fama; este psicólogo les recomendó cambiarle de sexo, y aunque no lo crean, eso hicieron. Mientras –la ahora niña– iba creciendo, el “médico” se hacía millonario por su experimento, y como era de esperarse la niña jamás se sintió bien consigo misma, y cuando creció y sus papás le dijeron lo que había sucedido en verdad, se suicidó. No sabemos quién fue el peor de esta historia, si el cirujano que lo quemó, el psicólogo ambicioso, o sus tontos padres.
Es así como terminamos diciendo que, a veces la realidad supera la ficción, y qué terrible que por personas así, la vida de mucha gente termine destrozada.